¿A que edad puedes usar un banco?
La edad adecuada para abrir una cuenta digital bancaria depende principalmente de los padres. Aunque los bancos suelen limitar las cuentas corrientes a los adolescentes, las cuentas de ahorro para la educación universitaria o la futura carrera de tu hijo pueden abrirse prácticamente a cualquier edad.
Incluso con pequeños pagos mensuales que puedes controlar desde tu celular, tu sigues ganando intereses sobre el saldo, lo que puede ayudar a que esos depósitos regulares se conviertan en un activo importante para cuando tu hijo esté preparado para acceder a la cuenta.
Como las cuentas de ahorro no implican un uso cotidiano, el beneficio aquí es más financiero que educativo.
Piensa en abrir una cuenta corriente para tu hijo tan pronto como creas que es capaz de aprender a utilizarla. Todos los estudiantes aprenden a su propio ritmo, y el único límite de edad del que debe preocuparse es el requisito establecido por el banco que elija.
Normalmente, los bancos ofrecen cuentas corrientes para estudiantes a menores de 13 años o más, siempre que un padre o tutor adulto firme como cotitular de la cuenta.
Una vez que tu hijo cumpla la edad de 18 años
La mayoría de los bancos convierten automáticamente la cuenta de estudiante en una cuenta corriente estándar, que suele tener unas comisiones mensuales ligeramente superiores a las de las cuentas de estudiante.
Puedes manejar y controlar los gastos de la tarjeta bajo una supervisión estricta que ahora manejan la mayoría de los bancos, usando las aplicaciones de teléfono celular o computadoras para mantenerte al día de cada movimiento sin tener que llamar o acudir a la sucursal.
Tanto si ya estás metido de lleno en una cuenta digital como si aún no te has descargado la aplicación móvil de tu banco o cooperativa de crédito, aquí tienes algunas de las mejores razones para realizar la banca digital en 2021
La posibilidad de realizar operaciones bancarias donde y como quieras es uno de los principales beneficios de las soluciones bancarias móviles y online. Nuestros teléfonos inteligentes y ordenadores suelen estar fácilmente disponibles, lo que permite acceder a la cuenta las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para ocuparse rápidamente de cualquier tarea bancaria.
Las aplicaciones de banca móvil, por ejemplo, permiten depositar cheques desde la comodidad de cualquier lugar. Al mismo tiempo, puede consultar su saldo, transferir fondos y configurar una notificación para que le avise si se produce un descubierto en su cuenta, todo ello sin necesidad de acudir a una sucursal. Es un verdadero ahorro de tiempo.
¿Hay otras opciones además de una cuenta bancaria?
Las tarjetas de débito prepagadas son una alternativa popular a las cuentas corrientes tradicionales. También llamadas tarjetas recargables, estas tarjetas funcionan de forma muy parecida a las tarjetas regalo, en el sentido de que el titular nunca puede gastar más de la cantidad cargada en la tarjeta.
Por lo demás, las tarjetas de prepago permiten retirar dinero en cajeros automáticos y realizar compras a débito como si se tratara de una tarjeta de débito o crédito normal.
Sin riesgo de comisiones por sobregiro y con una experiencia similar a la de las tarjetas “reales”, las tarjetas de débito prepagadas son una buena forma de proporcionar experiencia práctica a su hijo, al tiempo que protegen su dinero de las comisiones por sobregiro y de los gastos excesivos.
La mayoría de los grandes bancos emiten sus propias tarjetas de prepago que pueden vincularse a cuentas normales, lo que permite a los padres programar transferencias periódicas desde su propia cuenta corriente a la tarjeta de prepago del niño.
Sustituyendo la paga en efectivo por transferencias periódicas, puedes introducir a tu hijo en la idea de hacer compras mediante el uso de una cuenta digital.
Los programas de tarjetas prepagadas de los principales bancos también permiten a los usuarios examinar su historial de transacciones a través de las mismas aplicaciones y sitios en línea que las cuentas de depósito normales, por lo que tu hijo tendrá la misma oportunidad de aprender a gestionar sus finanzas que con una cuenta corriente de estudiante.