Inversiones fuertes

Inversión estable y segura para ti

Las inversiones de renta fija, como los bonos del Estado y de empresas, pueden proporcionar una fuente de ingresos estable y predecible, a menudo con menor riesgo que otras inversiones. Junto con las acciones y los fondos de inversión en acciones, las inversiones en renta fija constituyen la columna vertebral de una cartera de inversión bien diversificada.

¿Qué es la inversión en renta fija?

A diferencia de muchos tipos de inversiones, las inversiones de renta fija no necesitan venderse para generar beneficios. Para ilustrar cómo funciona esto, veamos uno de los tipos más comunes de inversiones de renta fija: los bonos.

Los bonos son, en realidad, un préstamo que tú haces a una empresa o a un gobierno y que pagas intereses a lo largo del tiempo, más la cantidad principal al final de un periodo predeterminado. Por ejemplo, si compras un bono a 10 años con un valor nominal de 5.000 $ que paga un interés del 3%, ganará 150 $ al año durante 10 años. Este interés puede pagarse a diferentes intervalos, como mensual, trimestral o semestralmente. Al cabo de 10 años, habrás ganado 1.500 $ en intereses, y el gobierno o la empresa te devolverá también el importe principal de 5.000 $.

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Los pagos periódicos de intereses de las inversiones de renta fija son suyos y puedes utilizarlos como quieras. No obstante, estos pagos tributarán como ingresos, aunque existen muchos matices al respecto, como se indica a continuación.

¿Por qué incluir inversiones de renta fija en una cartera?

Ventajas

Aparte de ser una fuente constante de ingresos, las inversiones en renta fija son un elemento básico en cualquier cartera de inversión por varias razones.

Una de las razones principales es la diversificación. El objetivo de la diversificación es reducir la volatilidad del rendimiento de su cartera repartiendo el riesgo. Esto puede lograrse sólo a través de las acciones invertir en varias empresas de diferentes sectores es una forma de diversificación, pero las inversiones en renta fija proporcionan aún más estabilidad por una razón principal: el valor de los bonos suele comportarse de forma inversa al valor de las acciones.

El valor de los bonos suele subir y bajar a la inversa que el de las acciones, en parte porque los inversores tienden a ver en los bonos un lugar más seguro para colocar los fondos durante periodos volátiles (más sobre esto más adelante). Por lo tanto, si la parte de acciones de su cartera baja un 10%, pero la parte de bonos sube un 4% (y su cartera está formada por un 50% de bonos y un 50% de acciones), sus pérdidas totales son sólo del 6%.

Contras

Los bonos suelen ser menos arriesgados que las acciones, pero tienen algunos riesgos que merece la pena tener en cuenta.

Impago
Cuando compre bonos, tenga en cuenta la solvencia del emisor. Es decir, ¿qué probabilidades hay de que el gobierno o la empresa le reembolse su deuda? Si el emisor se declara en quiebra, dejará de pagar los intereses y es posible que no recupere todo el capital. Puedes conocer la solvencia de un emisor comprobando sus calificaciones de calidad crediticia a través de empresas como Moody’s Analytics y Standard & Poor’s.

Como referencia, los bonos con grado de inversión son los que tienen menos probabilidades de impago y tienen una calificación crediticia de BBB o superior (Standard and Poor’s) o Baa o superior (Moody’s). Por el contrario, los bonos por debajo de este umbral caen en el territorio de los bonos de alto rendimiento, también conocidos como bonos basura.

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